“Quizás no haya sido la inversión más rentable, pero es una inversión del corazón. »
Después de haber trabajado durante más de 20 años en el sector técnico, Christian decidió reciclarse y lanzarse a la viticultura. Siguió una formación de dos años que le permitió conocer a otros entusiastas y construir una pequeña red de viticultores valones.
La creación de su viñedo le permitió valorizar las tierras de sus padres, hasta entonces poco explotadas. Inspirada por su proyecto, la hermana de Christian decidió también aprovechar el patrimonio familiar y montar una pequeña granja de ovejas, paralelamente a su actividad como abogada. El nombre del viñedo surgió con toda naturalidad en la mente de nuestro querido viticultor, vecino del pueblo de Villers-le-Temple, donde aún son visibles los restos de la Encomienda de los Templarios.
Con el objetivo de producir aproximadamente 50.000 botellas de vino al año en unos pocos años, Christian desea dirigirse a un público local. Ha elegido cuidadosamente variedades de uva adaptadas al clima valón que le permiten elaborar un vino apreciado por el paladar belga. Para él es importante controlar todo el proceso de producción y distribución actuando como un sombrero de tres V: viticultor, enólogo y vendedor.
Su sitio web, creado conWebador, le permite vender sus botellas directamente a los consumidores. Esto garantiza una compensación más justa y la creación de un vínculo más fuerte con estos clientes. También presenta sus proyectos de futuro, su historia y convocatorias de crowdfunding. Con los fondos recuperados espera mejorar el desarrollo de sus viñas y construir una relación de confianza con sus inversores. Al ser un emprendedor ocupado, Christian aprecia la facilidad de uso y la intuición del Webador editor.
Christian no ve a otros viticultores valones como competidores, sino como socios. “Somos más fuertes trabajando juntos“. Su objetivo es poner en marcha una bodega cooperativa con otros productores de vino de la región. De esta manera podrían ayudarse mutuamente y compartir material. Ya trabaja con otro entusiasta del vino, Yohan Royer, doctor en microbiología a quien conoció durante su formación en viticultura. Actualmente, prueban cinco cuvées juntos y mejoran continuamente su proceso de elaboración del vino.
“Somos más fuertes trabajando juntos“
“Debes saber qué puedes permitirte."
Aunque Christian sea apasionado, mantiene los pies en la tierra. Sabe que es fundamental tener un conocimiento sólido de su mercado antes de lanzarse. La producción de vino sigue siendo por el momento un nicho de mercado en Valonia, lo que resulta bastante favorable para su actividad y la de sus amigos. Sin embargo, es necesario conocer a los clientes objetivo y qué necesitan, qué buscan como tipo de vino. Por ejemplo, el vino blanco espumoso es especialmente popular en Bélgica. Christian también aconseja establecer un plan de negocio para calcular el importe a invertir y tener una idea de la evolución del flujo de caja durante los primeros cinco años.
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